La ambición es poderosa, la fama también y el reconocimiento, no digamos. Una mezcla de todo interviene en el dilema de Wu Kang, posiblemente el hombre más pequeño del mundo.
Ahora a lo mejor te estas preguntando… ¿el hombre más pequeño del mundo? No, no, a mí no me la dan, éste no es. El más pequeño del mundo es otro que lo he visto yo mucho en la tele, incluso el otro día, que estaba en un acto de los premios Guinness con el hombre más alto del mundo.
Pues ahí está el problema de Wu Kang, que mide 68 centímetros y tiene 22 años. Está intentando que se le reconozca como al hombre más pequeño del mundo y que desposean del título a He Pingping, cinco centímetros más alto que él (o al menos eso es lo que dice).
El dilema es que los médicos le aseguran que con hormonas de crecimiento sería capaz de aumentar su estatura 12 centímetros al año.
No es una cuestión de apariencia (o cuanto menos no sólo de eso) sino de salud. La ambición por la fama y los múltiples actos publicitarios podrían privar a Kang de una vida mejor, según confirman los pediatras: «Aunque tiene 22 años, su peso es el mismo que el de un bebé de nueve meses, y la edad de sus huesos es la de un niño de un año. Habría sido mejor que hubiera venido a vernos antes».
Su padre justifica la tardanza que sabían que era pequeño, pero que no se dieron cuenta de cuánto hasta que no miraron las cosas en Internet, según publica la prensa británica. Vivir para ver.
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