La estupidez humana no tiene límites, un grupo de «amigos» se dedican a probar un chaleco antibalas, para ello uno se sitúa en posición para recibir un disparo en el pecho, con lo que no contaban era con que la fuerza del impacto le provocara una herida en el pecho y una contusión que le dejó sin poder respirar por varios segundos. Por suerte para él la cosa no fue a mas…