Es característico de estos insectos, aunque no siempre es así, pero la mayoría de las veces encontramos sus cadáveres en esa posición.
Es interesante saber que encontrar una cucaracha inmóvil en esa posición no significa obligatoriamente que esté muerta, pues a menudo simulan esa condición para después voltearse y escapar cuando la amenaza que detectaron desaparece.
Cuando una cucaracha muere por causas naturales, el rigor mortis hace que sus patas se contraigan. Sería mucha coincidencia que todas las patas partieran del mismo grado de extensión y que se contrajeran a la misma velocidad, por lo que lo más común es que unas se contraigan antes y en mayor medida que las otras. Esto desequilibra el centro de gravedad del insecto, por lo que vuelca hacia ese lado.
Si la muerte viene provocada por algún insecticida también acaban boca arriba. En este caso porque la composición del producto ataca el sistema nervioso del insecto provocándole espasmos que causan su volteo. Perdida la coordinación, la cucaracha es incapaz de darse la vuelta y así le sobreviene la muerte.