En lo personal he ido a varios conciertos en mi vida, muchos de ellos actos verdaderamente sorprendentes y agradables pero jamas había visto algo semejante a esto, un par de tipos al compás de la tonada de violines con cuchillo en mano empiezan a mutilarse los brazos, claro, todo es parte del acto y la ilusión y no hay por que alterarse mucho.